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Amaia del Campo | primer año de alcaldesa
"Quiero cumplir todas las promesas electorales pero habrá que ver la situación económica"

La alcaldesa 'conduce' una moto en una exposición en Max Center, con la gerente del centro comercial, Blanca Uriarte
La oposición valora
PSE: "Se han olvidado del empleo"
EH Bildu: "Al PNV no le importan sus vecinos"
Irabazi: "Un Ayuntamiento secuestrado por el pasado"
PP: "Distinto Gobierno local, mismos problemas"
Amaya del Campo tiene sobre su mesa, preparada para la entrevista, el listado impreso de los logros de su primer año en la alcaldía de Barakaldo. Como es habitual en ella, llega con la lección bien aprendida y no se desvía del guion. Repite una y otra vez los avances pero especialmente reitera que el suyo es un programa de cuatro años y no puede hacer todo en el primero. En realidad, los grandes proyectos que destaca serán del segundo e incluso del tercer año. “Todavía no” es la respuesta para promesas como la OTA, el Kbus o la auditoría a la gestión que hizo el Partido Socialista hasta que ella, de la mano del PNV, llegó a la alcaldía. Aunque el PSE ha estado combativo durante la mayor parte del año, dice que el pacto de estabilidad es “bueno” y deja entrever su malestar cuando se le pregunta por las insinuaciones de que los socialistas la tienen agarrada para que no se desvelen las “irregularidades” que tanto se denunciaron en público y que hoy, 12 meses después de su toma de posesión como alcaldesa, siguen sin concretarse.

Pregunta. ¿Qué nota se pone cuando se cumple un año de su toma de posesión?
Respuesta. La verdad es que soy muy exigente conmigo y sí que tengo la sensación de que no hago todo lo que me gustaría hacer y hacerlo más rápido. Pero a un alcalde o cualquier representante público la nota se la tienen que poner los vecinos.

P. ¿Personalmente, siente que ha progresado adecuadamente o que le falta mucho por progresar?
R. Lo que sí puedo decir es que me esfuerzo mucho y además lo hago con cariño y con ilusión. Cuando llegas al Ayuntamiento lo haces con un programa muy completo y me encantaría poder hacer en un año un montón de cosas, pero la Administración tiene sus ritmos y a veces es una máquina pesada y tienes la sensación de que no consigues agilizarla lo suficiente. Nunca me va a parecer que el ritmo es suficiente.

P. ¿Sigue teniendo jornadas maratonianas?
R. Sí, sigo con un horario endiablado. Me levanto a las 5.30 o 6.00 de la mañana, desayuno viendo la prensa, hago tareas de casa antes de ir a trabajar y a las 7.30 u 8.00 ya estoy en el Ayuntamiento. Es raro el día que salgo antes de las 20.00 o 20.30 horas, y muchas veces son jornadas ininterrumpidas. Al final hay muchas cosas que hacer, pero a mí me gusta trabajar y creo que tengo la suerte de que dedico mi tiempo a lo que más me gusta y a un proyecto en el que creo, con que es una gozada.

P. Y su equipo, ¿funciona correctamente o todavía le falta adaptación?
R. Día a día todos seguimos aprendiendo y esa es una de las virtudes de este equipo, las ganas de superación y de aprender, la ilusión y su compromiso. Estoy encantada de trabajar con ellos y para mí es un orgullo. Me sorprende a veces ver lo rápido que cada uno se ha hecho a su área, cómo conocen los entresijos y, sobre todo, cómo se implican en los proyectos. Me parece que están haciendo un trabajo impresionante.

P. ¿Cuántas reuniones de crisis han realizado en este año?
R. Nuestras reuniones son constantes, incluso comemos juntos casi todos los días. El problema es que acabas hablando de trabajo todo el rato. No ha habido reuniones de crisis como tal, pero en el despacho de Alcaldía las puertas siempre están abiertas y es raro entrar y no ver a alguien del equipo. Desde luego, ha habido muchas más reuniones al principio porque empezar no es fácil y, además, entrar en un Ayuntamiento que llevaba 32 años gestionándose de una manera y tú llegas a intentar que sean de otro modo a veces cuesta. Esto no se podría hacer si no hubiese trabajo en equipo.

P. Usted llevaba dos décadas como concejala. Pese a ello, ¿ha encontrado sorpresas en cómo funciona el Ayuntamiento?
R. Aprendo todos los días y creo que eso es algo muy bueno. Tienes unas nociones básicas de todas las áreas del Ayuntamiento pero siempre aprendes cosas nuevas. No es que me haya encontrado con grandes sorpresas pero sí es verdad que a veces notas que cuesta hacer que las cosas funcionen de otra manera cuando intentas agilizar procedimientos o poner en marcha nuevas formas de trabajar. A mí me parece que el trabajo transversal y en equipo es básico para que cualquier cosa funcione y en este Ayuntamiento no había costumbre de trabajar en equipo, como ahora se ha hecho en fiestas, puntos negros o variante sur. Están resultando experiencias positivas para todos.

P. ¿Cómo ha sido la relación con el medio millar de trabajadores que tiene el Ayuntamiento?
R. En general muy buena. En este Ayuntamiento hay gente muy profesional, con mucha iniciativa y con muchas ganas de que se le escuche. Sí que es verdad que en algunos casos a algunas personas les cuesta hacer las cosas de otra manera, pero no son la mayoría. Además, como Administración estamos en un momento en que toca cambiar las cosas. El Ayuntamiento no puede funcionar como en los años sesenta o setenta porque la sociedad de Barakaldo no es la misma y la gente pide que sus instituciones cambien. Nosotros entramos con un compromiso de transparencia, de participación y de abrir puertas y ventanas, de que la gente se sienta con confianza para acudir al Ayuntamiento. Eso es una nueva forma de trabajar y los propios funcionarios son conscientes de que también ellos se enfrentan a ese reto. Formar parte del cambio radical que va a hacer en las formas de las Administraciones también es un reto apasionante.

P. ¿Ha sido la adaptación más difícil en los organismos autónomos municipales, como el teatro, Inguralde, IMD o Eretza, que siempre han vivido un poco más a su aire?
R. No. La dinámica era semejante, pero no había coordinación entre áreas, que es lo más complicado. Cuando llegamos teníamos la sensación de que había tantos Ayuntamientos como plantas del edificio. El trabajo que se está haciendo de descentralizar, con servicios de atención ciudadana en los barrios y procedimientos para simplificar y agilizar la respuesta, pretende que sea una Administración coordinada. No se había hecho hasta ahora y se está recibiendo de manera positiva por los trabajadores municipales, aunque los cambios cuestan.

P. Si pudiera cambiar a los integrantes de su Gobierno, ¿que modificaciones realizaría?
R. Ahora mismo ninguna. No hay intención de hacer ningún cambio. Cada uno está muy bien ubicado en su área. Vimos dónde podía encajar mejor cada concejal y cada uno tiene en su área su grupo de apoyo y los ediles se apoyan mucho entre sí. Están funcionando bien.

P. Parte de su equipo compagina el Ayuntamiento con su profesión. ¿Tampoco necesita cambio en ello?
R. El reto es el trabajo que cada uno sea capaz de hacer a lo largo de su jornada y creo que todos están haciendo un buen trabajo.

P. Tras las elecciones de mayo de 2015, usted reconocía que el empate a concejales de PNV y PSE generaba una situación difícil de manejar. ¿Se ha confirmado con el tiempo?
R. Siempre hemos sido conscientes de que teníamos ocho concejales en un pleno de 27 y eso significa que hay que llegar a acuerdos. Eso lo teníamos claro y además creo que los partidos tenemos que ser capaces de llegar a acuerdos para resolver los problemas reales de los vecinos. Eso es algo positivo y es lo que espera la gente. Y nos votan para eso, para resolver los problemas no para enzarzarnos en guerras partidistas. Creo que los acuerdos son buenos incluso con mayorías absolutas porque de este modo vas a conseguir soluciones globales y seguramente mucho mejores.

P. Durante estos 12 meses se han vivido algunos momentos de un clima hasta bronco en la Corporación en la relación del PNV y del PSE. ¿Qué ha pasado para que se relajen las relaciones en el último trimestre?
R. Habría que preguntarle a quien ha planteado un ambiente bronco. Desde luego no ha sido el PNV. Nosotros siempre hemos tenido la mano tendida y relaciones con todos los grupos municipales, con el PSE y con el resto, tanto cuando hemos estado en la oposición como ahora que estamos en el Gobierno. Normalizar las relaciones dentro del Ayuntamiento también es bueno para todo. Es verdad que venimos de un mandato pasado con una tensión que no era buena para Barakaldo y seguramente tampoco para el PSE habrá sido fácil pasar a la oposición después de 32 años en el Gobierno. Cada uno necesita su tiempo. Yo espero que la situación se normalice y además creo que la gente de Barakaldo espera que sepamos trabajar juntos y ponernos de acuerdo en las cosas que les importan.

P. El PNV planteó para el mandato los objetivos de empleo y calidad de vida. ¿Qué se ha avanzado en materia de empleo?
R. Es el gran reto de Barakaldo, sin ninguna duda. Es prioritario para nosotros y hay que ser consciente de que cada pequeño detalle cuenta. Es cierto que los Ayuntamientos tenemos pocas competencias en materia de empleo, pero hay muchos pequeños gestos del día a día que influyen. Una de las primeras cosas que hicimos fue dar la instrucción en todas las áreas de que cuando se va a hacer un contrato, por pequeño que sea, y se piden tres ofertas, que se dé prioridad a las empresas del pueblo. Así generas actividad económica en Barakaldo y los datos demuestran que en las empresas de la localidad el trabajador también es barakaldés. Se trata de que el dinero de Barakaldo se quede en Barakaldo. Los planes de empleo también son una oportunidad. Intentamos dar pequeños pasos con las herramientas que tenemos, pero siempre teniendo que en cuenta que es una prioridad y está arriba de todo en la lista del cuaderno.

P. ¿Y en calidad de vida?
R. Es importante, sobre todo, preocuparse de los que peor lo están pasando por la crisis, pero también pequeñas cosas que afectan en el día a día, como tener una ciudad ordenada y más amable, accesible, con deporte o cultura.

P. Ustedes anunciaron en campaña un proyecto, contrapuesto al del PSE, de trasparencia, participación y democracia. ¿Hasta qué punto lo han puesto en marcha?
R. Era uno de ejes de nuestro proyecto y hacía falta en Barakaldo. Desde el primer día, hemos ido dando pasos en esa dirección. Por ejemplo, una de las primeras decisiones que tomé fue abrir las mesas de contratación a todos los partidos. Hoy en día, cualquier concejal puede ver en tiempo real las resoluciones que dicta la alcaldía. En participación, nos encontramos un área sin ningún técnico y un reglamento de consejos de participación obsoleto antes incluso de ponerse en marcha. También se han puesto en marcha dinámicas participativas nuevas, como las mesas de puntos negros, de infancia o de igualdad. Es una nueva forma de trabajar abierta a la ciudadanía.

P. Ustedes también proclamaban la necesidad de eficacia. ¿Lo son ustedes en su gestión?
R. Intentamos mejorar día a día. Se están poniendo en marcha proyectos importantes y que cuestan su tiempo. Para eliminar el exceso de bolardos hay que planificar, hablar con los técnicos y hacer un plan de trabajo. Eso demuestra eficacia. La regularización de contratos, con más de 70 contrataciones desde que estamos en la alcaldía y regularizados siete, es también ejemplo de eficacia. Las piscinas cubiertas de Gorostiza, que ya no cierran en verano, o la primera haurreskola de Barakaldo son ejemplos de una gestión eficaz y rigurosa.

P. ¿Sigue defendiendo que el acuerdo de estabilidad firmado con el PSE es bueno para Barakaldo?
R. Los acuerdos de estabilidad siempre son buenos y con cuantas más fuerzas políticas, mejor. Yo he suscrito con el PSE cuando he estado en la oposición y los he suscrito como alcaldesa. Los acuerdos son buenos y necesario para que las instituciones funcionen con estabilidad, porque si no no podemos dar servicio a los vecinos.

P. Ha sorprendido que significados militantes del PSE, que no han accedido a su puesto por oposición ni concurso público, sigan en sus posiciones en el Ayuntamiento tras un año de gestión del PNV.
R. Vaya por delante mi absoluto respeto a todos los trabajadores del Ayuntamiento con independencia de cuál sea su filiación política. Cuando una persona entra por la puerta del Ayuntamiento la única filiación que me interesa es la del servicio al barakaldés. Me parece básico. Ellos han entrado con un concurso o una oposición, cada uno por la forma que han tenido.

P. Después de un año, ¿ya se puede conocer las cuentas de la llamada herencia socialista?
R. Todavía no. Se sabrá. Se están ultimando. Estamos esperando las últimas sentencias. Daremos la cifra cuando se tenga. Es una situación preocupante. La situación económica que nos hemos encontrado es complicada. Esas sentencias a las que vamos a tener que hacer frente van a suponer un esfuerzo.

P. ¿Había maquillaje contable?
R. Más que eso había sentencias en los cajones. Según llegamos, apareció un pago pendiente de dos millones de euros de Eretza que llevaba unos meses en el cajón y había que pagarla, o la sentencia de los trabajadores municipales que era de casi dos millones. Había sentencias que no aparecían en las cuentas municipales pero que en fondo son deudas que el Ayuntamiento tiene que afrontar.

P. ¿Hay que analizar la reestructuración o el cierre de alguno de los organismos autónomos?
R. En Eretza, cuando estábamos en la oposición, pedimos que se bajaran los gastos, que se podía llevar la gestión con los propios responsables del Ayuntamiento de Barakaldo. Lo conseguimos cuando estábamos en la oposición y con esa dinámica se sigue trabajando. En estos momentos Eretza tiene cinco o seis personas pero el resto del trabajo se hace desde el Ayuntamiento, y no ocasiona apenas gasto. Los organismos o sociedades forman parte de un todo, que es el Ayuntamiento, y hay que intentar que esos organismos se soporten entre todos. Desde que hemos llegado, el interventor municipal participa en la revisión de las cuentas de todos los organismos.

P. En el caso concreto de Eretza, cuando ya no hay nada nuevo que promover, ¿sigue teniendo sentido tener una sociedad urbanística?
R. Es una reflexión que tenemos que hacer una vez que se acabe la gestión de la promoción de viviendas de Rontegi que está todavía sin terminar. Una vez que concluya, habría que pensarlo. Eretza hizo un gran papel en un momento dado, sirvió para regenerar y convertir infravivienda en vivienda nueva y digna, pero es verdad que durante muchos años cayó en una apatía total. Hasta que se puso en marcha la operación de Rontegi, los proyectos no avanzaban. Esa es la reflexión que tenemos que hacer. ¿Puede seguir siendo un elemento útil de rehabilitación o tenemos que buscar otro proyecto ágil? Sí que es verdad que tenemos que hacer frente al rejuvenecimiento de nuestra ciudad, tenemos vivienda que se ha quedado obsoleta, con problemas de accesibilidad, que hay que reconvertir en nuevas zonas de desarrollo. Es una discusión que tendremos que hacer entre todos.

P. Pero la operación Rontegi es ruinosa.
R. Espero que no lo sea. Ha sido complicada y eso nos ha obligado en el mandato pasado a modificar los precios para conseguir sacar esas viviendas al mercado. Es una operación que empieza con la ilusión de realojar a personas que tenían viviendas con muchos años y que no eran accesibles, pero es verdad que no se acertó en sacar un proyecto que fuera viable y atractivo.

P. Además de la sentencias millonarias ya conocidas, ¿queda alguna otra sorpresa?
R. Alguna puede que todavía quede. Las sentencias de los temas de urbanismo todavía las sigo viendo con preocupación. Cuando salgan algunos pleitos que están a punto de quedar resueltos, pondremos encima de la mesa las sentencias. A nadie se nos escapa que esas resoluciones judiciales que ha tenido que pagar Barakaldo por la expropiación en Ansio o en Megapark pueden ser un problema importante. Nos jugamos mucho dinero. O el tema de la Finca Munoa, en el que gastamos cinco millones en intereses que nos podríamos haber ahorrado con una buena gestión, simplemente consignando en el juzgado la cantidad que el Ayuntamiento consideraba justa para la expropiación.

P. ¿Qué ha pasado con la auditoría prometida?
R. Se está haciendo. La verán los vecinos cuando esté terminada. Fue un compromiso y ahí estará. Cuando esté cerrada, se enseñará primero a los partidos de la oposición y después al resto de los vecinos. El dinero que se gestiona desde el Ayuntamiento es dinero de los barakaldeses y tienen derecho a saber cómo se gasta, y nosotros tenemos obligación de rendir cuentas de cómo lo gastamos.

P. ¿Cuándo se sabrá?
R. Espero que pronto. Tenemos la auditoría que se encargó y además la del propio Tribunal Vasco de Cuentas Públicas, que está auditando ahora mismo al Ayuntamiento de Barakaldo.

P. ¿Se ha contratado la auditoría que usted anunció a comienzos de 2016?
R. Sí. Se está haciendo. En cuanto esté, se enseñará.

P. En la campaña electoral, el PNV planteó 200 ofertas. Con la situación económica que usted describe, ¿se puede afirmar que una parte de las promesas no se cumplirá?
R. Espero que no. Me gustaría cumplir el 100% de las propuestas. Es verdad que hay que esperar a ver cuál es el resultado final de deuda que tenemos que afrontar por las sentencias millonarias. De todas formas, la mayoría de las propuestas no suponen mucho dinero sino mucho trabajo, y a eso estamos dispuestos lo que haga falta para hacerlas realidad.

P. Pero hay promesas que sí suponen un gasto importante, como las piscinas de Lutxana o las rampas mecánicas, y la previsión económica no es buena para 2016.
R. Es verdad que la situación económica de este año no ha sido fácil. El próximo tampoco parece que vaya a ser mucho mejor. Eso obliga a ser prudente. El proyecto de las piscinas de Lutxana —nosotros hablamos del centro cívico, que va dentro del desarrollo de la zona de Sefanitro—… sigo pensando que tiene que ir por ahí. Lutxana no necesita grandes torres de cristal, como estaban en el proyecto, sino un plan realista, que responda a lo que piden los vecinos, que es una piscina o una casa de cultura. En esa línea hay que seguir trabajando dentro de lo que es el desarrollo del plan de reforma interior de Sefanitro. Eso es lo que estamos haciendo. Mientras tanto, porque no se puede esperar, los espacios que tiene el Ayuntamiento se están poniendo en valor y a disposición de los vecinos, como hemos hecho con las escuelas de Serralta o el Museo de la Técnica. Los accesos mecánicos nos parecen realmente necesarios y, de hecho, en el presupuesto de 2016, pese a las dificultades, ya se contempla comenzar en Rontegi, para la zona del ambulatorio. No se pueden hacer todas las propuestas de un programa en un año, pero en este año, incluso con las dificultades, ya estamos hablando de los accesos mecánicos de Rontegi o de los patios cubiertos de algunos colegios.

P. Ahora mismo, ¿no descarta ninguna de sus promesas?
R. A mí me cuesta mucho renunciar a ninguna de ellas. No hay que tirar nunca la toalla. Hay que trabajar y a veces las situaciones de crisis son una oportunidad para buscar financiación. Cuando se sepa la situación económica real, entonces tendremos una respuesta real. De momento, no hay que renunciar a los proyectos sino pelear por ellos hasta el final.

P. Los presupuestos que ha propuesto para 2016 no parece ambiciosos sino precavidos.
R. La situación económica es complicada y son unos presupuestos muy realistas. No planteamos proyectos que no puedan ejecutarse y además con una gestión rigurosa. Lo que hemos hecho es conseguir un presupuesto de 111 millones para poder dar respuesta a las cosas que nos parecen importantes. Una situación de crisis no da para grandes alegrías pero aun así se han puesto en marcha cosas importantes, como es el aula infantil haurreskola, los patios cubiertos de dos colegios, unos accesos mecánicos, se mantiene el nivel de ayudas sociales y se ha incrementado un 19% el global que se da a las familias en ayudas más las subvenciones a las entidades del tercer sector, que a su vez son las que ayudan a las familias de Barakaldo que peor lo están pasando. Se están rehabilitando las viviendas municipales y ocho ya se han arreglado para las familias que más lo necesitan. Se ha intentado apoyar al tejido asociativo de Barakaldo con un aumento del 35% en las subvenciones. Es un presupuesto que, a pesar de la delicada situación económica, da pasos para satisfacer una parte de las demandas de los barakaldeses.

P. Hay algunas de las promesas electorales que fueron más impactantes y que se reclaman constantemente…
R. La OTA el Kbus… A esos casos me refiero cuando digo que me gustaría poder hacer las cosas más rápidas. Entiendo que la gente te diga ¿cuándo el nuevo modelo de OTA o de Kbus? A mí me encantaría poderlos hacer ya, pero la Administración tiene sus ritmos. Los nuevos modelos de OTA y de Kbus llegarán con los nuevos contratos de estos servicios, en los que se está trabajando ya. El proyecto que presentamos era a cuatro años, no a uno. En un año no se puede hacer todo realidad.

P. Sin embargo, lo cierto es que los presupuestos han llegado medio año tarde y que estas actuaciones se podían haber agilizado. En el caso del Kbus se ha aprobado una prórroga del pasado contrato.
R. Es imposible hacerlo más rápido. Cuando se puso el Kbus en marcha no se hizo un estudio previo de las necesidades de los barrios. No podemos seguir manteniendo ese error. Hay que analizar el plan de movilidad, cuáles son las necesidades reales y ver sobre el mapa a qué servicios tenemos que llegar; y eso requiere una planificación técnica previa para dar luego respuesta a la demanda. Por eso las cosas llevan su tiempo.
    La razón por la que se ha retrasado el presupuesto es porque la situación económica no ha sido fácil porque aparte de las sentencias, teníamos una previsión de los fondos de financiación municipal Udalkutxa que ya indicaba que iba a ser una situación complicada para los Ayuntamientos; y creímos que era mejor ser prudente. No tenía sentido hacer un presupuesto con las previsiones iniciales y que luego el presupuesto real fuera menor.
    Por eso hemos hecho este presupuesto de una manera muy rigurosa, mirando cada partida céntimo a céntimo, y con el dinero que conseguimos de esta gestión muy rigurosa de los últimos meses, hemos ahorrado dos millones que vamos a sumar para poder mantener el nivel de gasto de 111 millones y no aplicar ningún recorte, sino todo lo contrario, pudiendo ir metiendo algunas pequeñas cosas nuevas. Esa es la razón por la que se ha hecho el presupuesto tarde. Desde luego, espero que no se repita. Es bueno que las instituciones tengan los presupuestos al día y que sean operativos cuando tienen que serlo. El concejal de Hacienda tiene muy claro que en cuanto acabe el trabajo de este presupuesto de 2016 tiene que estar ya, a la vez, preparando los impuestos y las tasas y los presupuestos del año que viene.

P. Durante la campaña electoral se prometieron muchas cosas. La reacción de protesta del barrio de Burtzeña, ¿es una muestra de frustración?
R. Fui a Burtzeña porque creía que los vecinos me estaban demandando poder hablar claramente. Yo creo que hay acercarse al barrio y hablar con la gente. Se acercan las campañas electorales y eso lleva a veces a politizaciones en determinados movimientos ciudadanos. Creo que eso es lo que ha pasado en Burtzeña. Cuando tuve oportunidad de hablar con los vecinos escuché lo que ya había escuchado durante mucho tiempo. Hasta ahora se han sentido siempre abandonados. De hecho me dijeron que nunca habían tenido la oportunidad de que un alcalde anterior estuviera en el barrio hablando, escuchando y viendo en el lugar las peticiones.
    Entiendo el hartazgo cuando dicen que durante años nadie se ha acordado de ellos. Las cosas no se pueden hacer de repente pero en los pocos meses que llevamos de Gobierno hemos conseguido cosas que son muy importantes para Burtzeña, como los semáforos que van a poner fin al punto inseguro de los túneles o que puedan ir al polideportivo de Zorroza. El compromiso del Gobierno del PNV es claro con los barrios. Hay que trabajar mucho en los barrios más alejados del centro, que hasta ahora han sido los grandes olvidados y hay que dedicarles la atención que se merecen.

P. ¿Hasta qué punto es importante el caso del desvío de los correos electrónicos de los partidos políticos a través de la web del Ayuntamiento?
R. Lo que tenemos es una situación que descubrimos por casualidad. Cuando me llamaron y me dijeron que estaba ocurriendo, inmediatamente llamé al técnico que lleva la página web y le pedí que lo corrigiera de manera inmediata. Además llamamos también al jefe de servicio de Innovación Tecnológica para que analizara qué había pasado y las posibles consecuencias. Inmediatamente, a la vez, llamé a todos los todos los portavoces de todos los grupos políticos para contarles lo que sucedía. Cuando los técnicos investigaron lo ocurrido, se hizo una reunión de la junta de portavoces. Un técnico reconoció un error humano por su parte y el informe dice lo que dice y los técnicos municipales no creen que se pueda llegar más allá. El pleno decidió por mayoría que se pidiera a la Unidad de Delitos Informáticos que se mirara y vamos a esperar el resultado. Son temas muy desagradables.

P. EH Bildu han planteado la posibilidad de que sea un caso de espionaje político.
R. Con los datos que hay me parece muy osado ir a una denuncia. Me parece una grave acusación la del espionaje político. En este momento no creo que haya ningún indicio técnico que apunte en esa dirección. Hay que defender la presunción de inocencia en un Estado de derecho.

P. Los grupos políticos pero también hay ciudadanos que comentan cómo condicionan a su Gobierno los socialistas. ¿Hasta qué punto el PNV está preso del PSE?
R. En absoluto. A veces la demagogia de algunos grupos duele un poco y decepciona bastante, y esas son las actitudes que decepcionan a la ciudadanía ante la clase política. Este equipo de Gobierno está actuando con absoluta transparencia. Hay una transparencia absoluta y en este Ayuntamiento se tratan y debaten todas las cuestiones que plantea cualquier grupo de la oposición, no se veta ni se impide que se trate un tema ni se convierte en ruego para que no se vote, se respetan las reglas de juego democráticas. En el Ayuntamiento de Barakaldo por fin en el pleno se puede hablar de lo que los grupos municipales quieran. Creo que la gente sí está percibiendo ese cambio. No hay más que ver los plenos para observar que el tono es diferente y que no hay ninguna propuesta que se vete ni información que se niegue ni nada que se oculte en los despachos, como hemos vivido por desgracia durante muchos años.

P. Pero con la gravedad de las acusaciones e insinuaciones de irregularidades que se realizaban, sorprende que en un año aparentemente no se haya progresado nada.
R. Cuando las auditorías estén hechas las conocerán los barakaldeses y en función de lo que digan estos informes, se tomarán las medidas que correspondan.