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La atención primaria de la organización católica Cáritas aumenta un 50% a causa de la crisis

Tienda de Cáritas en Barakaldo

por Mariela Estévez Campos

La crisis ha hecho que la atención primaria de la oganización asistencial católica Cáritas aumente un 50% desde el inicio de la crisis —entre 2007 a 2012—, según informa el portavoz de la entidad en Bizkaia, Carmelo Corada. Según el último informe de la institución sobre Barakaldo, entre las personas atendidas, y clasificadas por grupos de edad destacan las comprendidas entre los 31 y 45 años. Desde  que se comenzaron a notar los efectos de la crisis socioeconómica, se ha producido un incremento de las ayudas y de la atención a personas que hasta la fecha estaban insertas en el mercado laboral y en este tiempo han perdido el empleo y finalizado las prestaciones o subsidios de desempleo.

Entre los campos de trabajo de la institución se encuentra el programa de familia e inserción social, que incluye talleres de apoyo e inclusión de las familias, de crianza o de adquisición de habilidades laborales y sociales. Y dentro de él, un proyecto socioeducativo con niños en situación de exclusión que contempla refuerzo escolar, pero también formación en hábitos de higiene, de juegos colectivos y educativos o de relación con otros niños.

El programa de empleo está en estos momentos, según explica Corada, en definición tras el traspaso del Inem a Lanbide. Tradicionalmente atiende a personas sin cualificación o con titulación no homologada.

El programa para gente sin hogar busca cubrir las necesidades básicas (alojamiento, alimentación, salud e higiene) de este grupo social y romper su aislamiento en la sociedad.

Existen programas específicos de atención a personas mayores, inmigrantes, discapacitados, drogodependientes (aunque no llevan los tratamientos, apoyan a las instituciones que sí lo hacen), enfermos de sida, presos y exreclusos que buscan en todos los casos garantizar el bienestar psicofísico y social de los beneficiarios. En el caso de las personas mayores se incluyen programas de acompañamiento que tratan de paliar situaciones de soledad y abandono y que pueden consistir en visitas a domicilio o en salidas y excursiones.

Cáritas Bizkaia ha creado la cooperativa sin ánimo de lucro Berohi que recupera y recicla ropa y complementos que con productos de comercio justo vende a precios muy asequibles en las tiendas Koopera que regenta y que dan empleo estable a personas con dificultades. Barakaldo tiene la suya en el número 25 de la calle Bizkaia. Financiados por Cáritas y por la propia cooperativ,a en las acogidas parroquiales se distribuyen a los inscritos en los programas vales de descuento del 20%, del 30% o incluso del 100% para utilizarlos en la tienda.

Las Cáritas parroquiales son los centros de acogida desde los que se coordinan todos los programas de ayuda, las donaciones y el trabajo de los voluntarios. En Barakaldo es posible acudir a Acogida Barakaldo centro y a las acogidas de Barakaldo periferia (Cruces, Burtzena y Lutxana).

El proyecto más popular de Cáritas en Barakaldo y el que más voluntarios atrae a pesar de no ser el que atiende un mayor número de beneficiarios es, probablemente, el comedor económico, inaugurado en 2010 en el número 4 de la calle Elexpuru, bajo que, como cuenta Corada es un ejemplo de cómo la institución se va adaptando a los cambios.

“Lo que pensábamos hace cinco años no tiene nada que ver con la situación que nos encontramos ahora debido a la crisis. El precio simbólico establecido cuando se abrió el comedor puede resultar inasumible para algunas personas cuando se multiplica por los 30 días de mes, y para las familias necesitadas resultan más convenientes los vales de comida que les entregamos, gracias al acuerdo que mantenemos con Eroski”. Desde el 1 de enero funciona todos los días (antes sólo lo hacía los laborables) y ha pasado a ser totalmente gratuito. Atiende principalmente a personas solas que viven en pensiones o pisos sin derecho a cocina.

Para acceder al comedor es necesaria una tarjeta que facilitan en las acogidas de Cáritas, en Goiztiri y en los servicios sociales del Ayuntamiento de Barakaldo. La comida para el comedor de Barakaldo, así como para el otro que Cáritas tiene en Bilbao y para Hontza, el centro de atención nocturna de Bilbao, la proporciona Lapiko, una empresa de inserción dedicada al 'catering', perteneciente a la Fundación Peñascal, en la que se imparte formación de hostelería y cocina.

Se puede colaborar con Cáritas como voluntario o realizando donaciones. Para ambas cosas basta acercarse a la sede más cercana de la organización o a los centros parroquiales o entrar en la página web, donde hay un formulario para los que deseen ejercer el voluntariado y varias cuentas bancarias para realizar aportaciones económicas.

Corada resalta los valores del voluntariado y todo lo que aporta a los que lo practican, aunque recalca: “debe de ser un complemento para la vida no el eje sobre el que ésta gire”. También insiste en la necesidad de que los voluntarios reciban una buena formación previa. “La gente con la que tratamos merece el mejor tratamiento profesional, lo esté recibiendo de alguien contratado o de un voluntario, y necesitan estabilidad, lo que hace necesario que las horas comprometidas sean, en la medida de lo posible, horas cumplidas”.

Los voluntarios reciben una sesión informativa inicial, tras la cual pasan una entrevista y realizan un curso de formación para la labor que van a desempeñar, en la que estarán tutelados por profesionales. Aunque eligen el programa en el que desean trabajar, en casos como los del comedor económico en los que existe lista de espera de voluntarios que se desborda en las fechas navideñas, la organización intenta derivarlos a otros proyectos más necesitados de colaboradores.