publicidad

Agenda de agosto | La Finca Munoa contiene un tesoro botánico, artístico y arquitectónico

Escultura de Eva en la Finca Munoa
 La agenda anuncia además que hay exposiciones en el Centro de Interpretación Histórica y Medioambiental (Cihma) en El Regato, así como préstamo gratis de bicicletas en Herriko Plaza y el polideportivo de Lasesarre 

+ propuestas para agosto

• Bicicletas gratis
 Piscinas al aire libre
• Mochila exploradora
• Camino de Santiago
• Sendero de los pantanos
• Exposición de escultura
Ruta de Peñas Blancas 

Un muro de bloques de hormigón desanima a quien se acerca pero los que pasen de largo perderán la oportunidad de conocer el tesoro botánico, artístico y arquitectónico que se esconde en la Finca Munoa, que se puede visitar cada día de 10.00 a 21.00 horas en el barrio de Llano. El jardín de tipo inglés, que se abrió al público en 2015 tras un siglo de uso particular, cuenta con 65.000 metros cuadrados con un arbolado que protege el centenario palacete o mansión de estilo francés que hasta hace dos año ocupaba la familia del magnate Horacio Echevarrieta, fundador de Iberia e Iberduero, diputado republicano y constructor de la Gran Vía madrileña o el ensanche de Bilbao. Los visitantes de este espacio verde tienen la oportunidad de pasear por él o de relajarse o leer en los bancos bajo la sombra que proporciona un bosque formado por "más de medio millar de árboles ornamentales y arbustos" con "cedros, abetos, tilos, palmeras, chopos, pinos, y magnolios", entre otros.
Plano de la Finca Munoa
El recorrido permite además disfrutar de algunas piezas artísticas, como los cuatro bancos de cerámica con pasajes de 'Don Quijote', la escultura de bronce 'Eva' o los jarrones y escultura de piedra en la balaustrada. Los elementos naturales, artísticos y arquitectónicos, además de su valor histórico, han llevado al Gobierno Vasco a iniciar el proceso para declarar la Finca Munoa conjunto monumental. Entre los aspectos destacados —aunque está cerrado aún al público, pendiente de una restauración— está el palacete afrancesado. La mansión original fue levantada en torno a 1860 como residencia de verano de Juan Echevarría La Llana, pero el edificio actual es una reforma de 1916 del arquitecto Ricardo de Bastida, a petición de Rafael Echevarría Azkarate y de su mujer Amalia Echevarrieta. El palacete, que después sería residencia de Horacio Echevarrieta, tiene en su fachada que mira a la ría una terraza de piedra caliza a la que se sube por dos escaleras simétricas. Es uno de los espacios a los que no se puede acceder, al igual que el interior, que esconde un gran salón con órgano, una capilla, cocina, siete dormitorios y cuatro baños-tocador para los propietarios además de, bajocubierta, seis habitaciones para el servicio, aseo, cuartos roperos y almacenes; entre otras estancias, de las que se pueden ver algunas fotografías en un panel informativo.