publicidad

Rescatan cartas de 74 barakaldeses que tuvieron que luchar (y hasta morir) en las guerras del 98

Presentación del libro por Manuel Montero
"Yo no creía que iba a pasar nunca tanta hambre y tanta sed, pues ya veo que esto no es matar soldados con bala sino de hambre […] Reciban del oro corazón de este su hijo que les quiere y verles desea cuantos antes". En febrero de 1896, José Eguíluz escribe a sus padres desde Holguín, en el oriente de Cuba, con el anhelo de regresar a Barakaldo, pero él será uno de tantos que no lo conseguirá. La misiva de este joven de 21 años es una las 130 cartas de soldados barakaldeses en las guerras de Cuba y de Filipinas que, de manera fortuita, en la carpeta 211 de Sanidad y Beneficencia, han sido localizadas en el archivo municipal. El catedrático de Historia Contemporánea Manuel Montero ha investigado los documentos, que ahora salen a la luz en 'Las guerras de Cuba y Filipinas contadas por soldados del pueblo. Cartas de Baracaldo' (Ediciones Beta), en coedición con el Ayuntamiento. En total son 74 los soldados de la anteiglesia que envían estas cartas, que acabaron en el consistorio porque sus familias las aportaron como prueba cuando solicitaron la ayuda municipal de dos reales diarios que correspondía por tener a sus hijos en la guerra. "Cuentan muy bien la guerra y qué pensaban de ella", ha explicado Montero durante la presentación de un libro que le ha resultado "apasionante".

74 barakaldeses en las guerras de Cuba y Filipinas

Las condiciones son extremas en muchos casos. Sólo el viaje a Cuba suponía 15 días en barco y para Filipinas llegaba a 29. Desarmados para evitar problemas de convivencia en la travesía, los barakaldeses relatan situaciones "dramáticas" que les dejan exhaustos al llegar a destino: semanas de mareo en la mar, con raciones muy escasas y sin dinero porque tienen que comprar agua y vino.

Al llegar, las sensaciones son distintas. "Les gusta Cuba", señala el autor, que recuerda las menciones a la naturaleza de la isla, las frutas, el ron, el tabaco, la caña y también las mujeres, mientras en Filipinas les impacta los rasgos asiáticos. "Hay unas mulatas que dicés ¡olé¡", cuenta a su padre Juan Alday en relación a Cuba.

La mayoría acaba en la guerra porque le toca. Son los quintos de 1876 y 1877, que no se libran del servicio militar y el sorteo les depara la mala suerte de tener que marcharse a la batalla. Pero también hay casos de voluntarios. 1895 y 1896 fueron años de crisis en las minas y los jóvenes ven una oportunidad en los sueldos de cuatro duros del Ejército.

La realidad de la guerra les hace relatar momentos duros y crueles. El final de la contienda tampoco es más generoso porque muchos sufren enfermedades, como la fiebre amarilla, con una muerte que en algún caso les perseguirá hasta Barakaldo, en donde fallecen meses después de regresar. De los 74 identificados, una veintena murió y existe confirmación documental de una docena.

Las cartas muestran evidentes mentiras piadosas que los desplazados cuentan para que sus familias no se preocupen pero también situaciones dramáticas, sin olvidar anécdotas de la vida cotidiana o el pesar porque no reciben correspondencia durante meses y hasta años, y los rumores de muertes de uno y otro lado. "Lo que siento es que no sabemos si volveremos a ver a nuestra querida Vizcaya, donde están todos nuestros amores y a donde se dirigen todas nuestras aspiraciones", escribe Francisco Gutiérrez a su padre Gregorio. Emeterio Ávalos: "Adiós carta con fortuna, con más fortuna que yo, que vas a ver a mi familia, ya que no la veo yo".


74 barakaldeses en las guerras de Cuba y Filipinas
Acedo y Benito, Pedro
Aguirremota Bilbao, José
Aldasoro Chasco, Cirilo
Alday Basáñez, Juan de
Alonso García, Francisco
Alonso Escudero, Laureano
Arroyo Alday, Francisco
Arteagabeitia Allende, Nicolás
Aspiroz Peña, Mateo
Astiazu Ruiz, Patricio
Ávalos Melchor, Emeterio
Barona Ugarte, Lucas Julián
Camio Allende, Fermín
Campo Uriarte, Clemente
Careaga Aedo, Martín
Carrasco Corredera, Felipe
Castaños Allende, Gregorio
Castaños Palacios, Hilario
Chacarte Brothier, Felipe
Echevarría Álvarez, Julián
Eguíluz Arana, José
Enguita Menés, Juan
Esnal Egusquiaguirre, Avelino
Feliz, Santiago
Fernández Arroyo, Casimiro
Fonseca y Otero, Laudelino
Gandarias Bilbao, Bartolomé
García Martín, Eubaldo
García Menéndez, José
García Álvarez, José
García Fernández, Víctor
Gilsanz Caballero, Juan
Gómez García, José
González, Gregorio
González, Juan
Gutiérrez Arteche, Francisco
Isasi Uraga, Florencio
Largo Martín, Raimundo
Llamedo y Rodríguez, Antonio
Llamosas López, Esteban
López, Miguel
Mantrana, Patricio
Martínez, Matías
Martínez Luzuriaga, Nicomedes
Melus, Cosme
Moya y Loizaga, Domingo
Ormaechea Sáiz de Viteri, Aquilino
Ortega Miguel, Gregorio
Palacio Arana, Luciano
Pico Martínez, Leonardo
Población López, Justo
Portillo Pérez, Anastasio
Río Fernández, Feliciano Ignacio del
Rodríguez García, Valentín
Ruiz Quintanilla, Juan
Ruta, Eutasio
Sáez de Viteri Elejalde, Justo
Sáez Birumbrales, Pedro
Salazar Saracho, Guillermo
Salvide Garay, Isidro
Sancho Navarro, Patricio
Segurola Alday, Carlos
Torróntegui Pichicoa, Vicente
Trueba Gómez, Generoso
Uraga Sagardi, Esteban
Urrecha Meso, Domingo Eloy
Urrutia Arana, Blas Candelario
Vijande García, Generoso
Villate Velarde, Pedro Manuel
Yburo Ortega, Fidel
Yzaguirre Arana, Pedro
Zugazaga Bilbao, Mateo
Zuloaga y González, Víctor Luis
Zuzaeta Menchaca, Benjamín