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Estudiantes de Salesianos crean una cooperativa para aprender sobre tecnología e innovación

Estudiantes de Salesianos organizan una empresa de recogida de tóner para reciclaje
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: Unai Agirre, Diego Travesí, Sergio Martínez, Mikel González, Joseba Ruiz, Oihane Paredes, Aída Goyanes, Sara Fuica, Beatriz Moreno, Iker Vázquez, Gabriel Blanco, Aitor Pérez, Iván Pablos, Frank Domínguez, Gaizka Ruiz, Sergio Espluga, Jon Ander Parejo, Gorka Llamazares, Sara España, Irati Minguela, Maitane Fernández, Andoni Martín, Maider Chicote, Maite Larrazábal, David Río y Guillermo Luque. Alba Aller y Nagone Berreteaga no aparecen en la foto.

Los beneficios que obtengan se destinarán a la oenegé salesiana Jóvenes y Desarrollo para un proyecto con huérfanos y excluidos por la epidemia de ébola en Sierra Leona
"Es la mejor forma de aprender. La teoría se olvida, pero esto no se va a olvidar, nos da experiencia, práctica". Lo cuentan los estudiantes de cuarto curso de Secundaria del colegio Salesianos de Barakaldo que han puesto en marcha una cooperativa, dentro de la asignatura de Tecnología, que imparte el profesor Unai Agirre. La iniciativa lleva el nombre de Joven Impresión y consiste en una empresa que recoge cartuchos de impresora y tóner de fotocopias gastados, para venderlos a una compañía de reciclaje. Es, de momento, una cooperativa virtual o "ficticia", como cuentan los chicos, aunque tiene actividad real y desde este 11 de febrero recibe cartuchos en las propias instalaciones del colegio. El proyecto arrancó con el curso, en octubre, y ha contado con la colaboración de la agencia de desarrollo local, Inguralde, que ha explicado a los escolares, de 15 y 16 años, cómo se forma una empresa y cuál era la mejor opción.

Irati Minguela, Sergio Martínez Alonso y Maite Larrazábal
La clase —27 estudiantes— decidió por aclamación popular quiénes integrarían la dirección y los elegidos han aceptado con gusto el reto. Sergio Martínez es el gerente. No sabe bien qué hará en la universidad, aunque sí cuenta que hará el bachillerato por la rama biosanitaria. También es la opción de la tesorera de Joven Impresión, Irati Minguela, que quiere estudiar Medicina Forense. Maite Larrázabal, la secretaria de la empresa, apuesta por el área tecnológica y medita hacer Arquitectura; mientras el comunicador de la compañía, Gorka Llamazares, móvil en mano para guardar registro de la entrevista de Barakaldo Digital, apuesta por Ingeniería Aeronáutica.

Cartel de difusión del proyecto
La experiencia de esta cooperativa les ha hecho abrir los ojos a una opción que, probablemente, no entraba dentro de sus proyectos personales: la creación de una empresa. Los cuatro señalan que, tras la universidad, prevén inicialmente ser asalariados, pero ya no descartan ser emprendedores.

Cinco meses llevan con una iniciativa que les ha obligado a formar equipos y coordinarse, que es "lo más difícil", según confiesan. El profesor Unai Agirre es el que puso la idea sobre la mesa. Mediante una lluvia de ideas, los estudiantes decidieron llevan adelante la propuesta de una empresa y recibieron la orientación de Inguralde. Las decisiones están motivadas y cuando se les pregunta sobre la forma social de cooperativa responden que es el modelo empresarial que les parece "más justo", frente a la opción de una sociedad anónima o limitada, porque "se reparten los beneficios entre los trabajadores".

Contenedor de recogida de cartuchos
Para que la cooperativa Joven Impresión sea una realidad han creado media docena de departamentos, cada una con su función. Además del equipo de dirección, tienen sección de comunicación en internet u 'online'; comunicación tradicional u 'off line'; documentación; e investigación, desarrollo e innovación (I+D+I). Diseñar el logo de la empresa, realizar cartelería, difundir el proyecto en las redes sociales y con un blog, contactar con medios de comunicación, construir recipientes de recogida de cartuchos de tinta, verificar el estado de los productos recibidos, gestionar el dinero disponible o negociar con la oenegé que recibirá los beneficios son algunas de las labores realizadas.

Los jóvenes, que seguirán con esta empresa hasta fin de curso, no detienen su actividad. No quieren que se quede parada y, además de mantener la comunicación, ya piensan en la posibilidad de sacar los contenedores fuera del recinto escolar para que Barakaldo también participe. "Un cartucho de tóner tarda más de 450 años en descomponerse", recuerdan para destacar que Joven Impresión es una idea que reúne ecología y también solidaridad. Y todo ello desde el aula, con el profesor y aprendiendo casi sin darse cuenta de que lo están haciendo.