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La Diputación cierra el Hogar Murrieta tras más de 20 años de protección a menores

El centro tiene capacidad para 10 menores, pero en la actualidad atiende a cuatro La Diputación no ha cubierto las plazas cuando quedaban libres, como sí hace en otros hogares Las 10 plazas de menores desaparecerán de la red de asistencia pública •  En Barakaldo hay tres hogares para menores con convenio con la Diputación que gestionan entidades de la iglesia católica •
El Hogar Murrieta dejará de ofrecer cobijo a menores con problemas familiares. Aunque todavía no hay una fecha decidida, la Diputación Foral de Bizkaia ha decidido cerrar este servicio dependiente del Instituto Foral de Asistencia Social (IFAS). La causura de este hogar, público desde hace más de 20 años —primero municipal y después foral—, va a afectar a menores en situación de riesgo y desamparo. Sindicatos y trabajadores consideran que se está procediendo a una privatización del servicio y hablan de "ataque" a lo público. "Se nos llena la boca hablando de la sanidad y la educación como derechos sociales, pero ¿qué derecho más básico hay que el que un menor tenga un hogar?", han denunciado los trabajadores de IFAS a Barakaldodigital.

El Hogar Murrieta dispone de 10 plazas para menores de entre 3 y 18 años en situación de riesgo y desamparo. Se trata de menores que tienen familias que no pueden hacerse cargo de ellos. Desde 2007, el actual equipo de educadores del hogar los cuida todos los días de la semana, todas las semanas del año.

Aunque puede albergar a 10 niños y adolescentes, en la actualidad sólo atiende a cuatro. Lo habitual es que cuando un menor abandona un hogar, esa plaza quede cubierta con otro en un breve plazo de tiempo porque hay "mucha demanda", según han asegurado a Barakaldodigital trabajadores de IFAS. Sin embargo, desde hace tiempo eso no sucede en el centro barakaldés.

Los empleados sospechan que se debe a que ya se planeaba el cierre de este centro. Todavía no hay una fecha concreta, pero es un hecho que la Diputación prevé su clausura. Los niños pasarán a otro hogar y los trabajadores irán a otro hogar del IFAS.

Lucro. Esta semana los sindicatos se concentraron para protestar por lo que consideran una privatización del servicio de asistencia a menores. Los educadores recalcan que sus protestas no se deben a motivos laborales sino a la situación en la que se quedarán los menores.

"Se nos llena la boca hablando de la sanidad y la educación como derechos sociales, pero ¿qué derecho más básico hay que un menor tenga un hogar?", han denunciado. Destacan que "la primera necesidad social es atender a los menores". La pregunta que lanzan a continuación a los ciudadanos es quién prefieren que preste ese servicio: una empresa privada que busca "lucrarse" o la Administración pública.

Las plazas desaparecerán de la asistencia pública, pero la demanda se cubrirá mediante los hogares conveniados. En Barakaldo hay tres. Los hogares Larrasolo y Argileku, que gestionan la Congregación de Hermanas Terciarias Capuchinas, y el Hogar Izargune, de reciente apertura, en manos de la Congregación Ángeles Custodios.

Además, los trabajadores denuncian que el cierre del Hogar Murrieta, junto a dos pisos semiautónomos —uno en Bilbao y otro en Basauri— es una maniobra de la dirección de IFAS para cumplir un decreto de 2008 que establecía el número de educadores en cada hogar. Esa resolución señala que en cada centro, con capacidad para 10 menores, debe haber ocho educadores. IFAS dispone en la actualidad de 11 hogares. El cierre del Hogar Murrieta y los dos pisos semiautónomos dejan libres a nueve educadores que unidos a uno de nueva contratación, permitirán cumplir el ratio de educadores por centro en los 10 hogares públicos que seguirán abiertos.


Más demanda local. Los sindicatos LAB, ELA, UGT y CCOO, que se han manifestado esta semana contra el cierre de centros públicos, han criticado al Departamento de Acción Social de la Diputación por tratar de justificar estos cierres argumentando “el descenso en la demanda” de menores extranjeros no acompañados y la mala situación física del edificio donde se ubica el servicio en Barakaldo.

Para los representantes de los trabajadores, la institución foral trata de "enturbiar los motivos reales" que hay tras la decisión de cerrarlos que no son otros que canalizar la acogida hacía la red privada vaciando los centros de gestión pública. Además, destacan que, frente al descenso en la demanda de menores extranjeros, se ha incrementado un 25% la demanda de menores vizcaínos.

Respecto a la supuesta mala situación del edificio que acoge al Hogar Murrieta, los sindicatos afirman que hace seis meses la Diputación "compró y acondicionó" un piso en Barakaldo y lo “cedió automáticamente a la empresa Stella Maris para su gestión".

También, advierten de las "graves consecuencias" que el cierre del hogar tendrá para los menores, que deberán trasladarse a otros centros "con el consiguiente desarraigo e inestabilidad emocional".