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Xabier Tijero | participa en iroman
"El factor mental es lo más importante para competir en ironman"


por Ekaitz Cancela

Xabier Tijero es un joven residente en Barakaldo de 21 años que recientemente se ha aficionado a competir en la modalidad más extrema dentro del triatlón, el ironman. Esta modalidad se compone de tres fases. En la primera se realizan 3,8 kilómetros a nado, a continuación 180 kilómetros en bicicleta y por último, una maratón —42 kilómetros—. Además, juega al futbol en el club de su infancia —en El Paúles— y es del Athletic de corazón. Los estudios tampoco le van mal, en bachillerato logró el premio extraordinario que le acreditaba entre los 15 estudiantes con mejores notas de Euskadi y fue premiado con un premio en metálico y un viaje a Inglaterra que califica como una ‘’muy buena experiencia’’. Actualmente está cursando cuarto curso de Ingeniería en la Universidad del País Vasco. Tijero forma parte de la Sociedad Ciclista Barakaldesa, con cuyos miembros queda para entrenar de vez en cuando en la piscina o en la pista de San Vicente, y juega de delantero centro en el Pualdarrak, equipo en el que entrena dos días a la semana. Además asiste de lunes a viernes a la facultad de ingeniería de San Mamés, en donde está inmerso en el proyecto de fin de grado.

Pregunta. Comenzó haciendo varios triatlones hace ya un año. ¿Cómo surgieron estas ganas para dar el salto a una competición tan dura como es el ironman?
Respuesta. Fue un poco sobre la marcha. Como anécdota, un día entrenando en bici para mi primer triatlón me encontré con un triatleta con el que estuve hablando varios kilómetros. Nos dimos cuenta que teníamos un nexo de unión importante y me estuvo ayudando con consejos y material deportivo. Él fue quien me hablo del primer ironman que hice en Barcelona. Poco a poco fueron pasando los días y me entraba el gustillo. Al final, un día probé, porque mentalmente es complicado y solo puedes probar haciendo algo así de bestia. Para comprobar si físicamente estaba preparado,  me propuse ir y volver de Vitoria con la bici —160 kilómetros—. Como llegue bien, decidí apuntarme nada más entrar por casa, incluso antes de ducharme.

P. ¿Qué le llamaba la atención de una competición de esas características?
R. Hacer un ironman siempre había sido un sueño. Me anime y ahí fui. Reunía tres de los deportes que más me gustan de forma extrema. Hacer la maratón final y entrar a meta me lo imaginaba como un momento mágico.

P. Este verano ha corrido tres en menos de dos meses.
R. Igual no es lo más normal ni lo mejor, pero solo es en verano cuando puedo hacerlo. A principios de verano hice uno en Vitoria como preparación, ya que empecé a prepararme ese mes, para otro en una reserva natural de Galés y así poder disfrutar más del segundo, ya que implicaba viajar a otro país y una experiencia nueva. Después me vi bien y quise repetir la experiencia en Barcelona de mi primer ironman y lo disfrute muchísimo

P. Psicológicamente, debe de ser muy duro estar casi 12 horas de intenso ejercicio físico.
R. El factor mental es lo más importante. Hay momentos en los que puedes tener piernas para seguir pero sentirte agotado mentalmente y necesitar un descanso. Sí que hay veces que tienes que parar y caminar para liberarte y coger energías. Pero si quieres y estás muy motivado puedes seguir adelante.

P. ¿Qué no puede fallar nunca, antes, durante y después de una carrera?
R. Antes, las ganas, muchas ganas de competir, disfrutar y terminar. Durante, prestar mucha atención a la alimentación —geles, fruta y  barritas energéticas—. Necesitas un aporte calórico duradero e instantáneo. Después, la sensación de haber disfrutado de la carrera y haber pasado un gran día.

P. Usted tiene una manía especial al llegar a la meta. ¿Cuál es?
R. Empezó en la Challenge de Barcelona. Yo siempre había tenido la sensación de felicidad asociada al Athletic y pensé que si llegaba a meta seria una bonita imagen entrar con la bandera. Le pedí a mi familia que me la diese antes de entrar y supuso el doble de satisfacción poder entrar y hacerlo arropado por ella. Desde entonces se ha convertido en una tradición.

P. Con respecto al fútbol, sigue en el Pauldarrak tras 15 años.
R. Siempre ha sido mi gran pasión y mi deporte favorito. Nunca me había planteado otra cosa, pero surgió lo de los triatlones y me federé. Aún así, dejar el fútbol es algo que nunca he considerado.

P. ¿Cómo ve Barakaldo para practicar el deporte?
R. La verdad que hay bastantes medios para practicar deporte. El 'bidegorri' para correr, rutas por carretera y de monte para andar en bicicleta y las piscinas también están bien. Igual se echa en falta alguna calle más, pero no me quejo.

P. Está en último año de grado de Ingeniería Tecnológica Industrial antes de iniciar el máster en Ingeniería Superior. ¿Cómo lo lleva?
R. Es algo que, aunque no lo parezca, requiere mucho más tiempo y esfuerzo que preparar cualquier competición. Lo afronto como puedo, intentando aprovechar el tiempo al máximo posible y llevando las cosas al día, aunque no siempre lo consiga.


Respuesta rápida


Sería un sueño competir en San Mamés
El momento más difícil fue cuando tuve que aguantar los últimos 25 kilómetros de la maratón con pinchazos en mi primer ironman.
Dentro de 10 años me veo trabajando como ingeniero.
Mi mayor apoyo son mi familia y mis amigos.
Me gustaría ir siguiendo el ritmo en una competición a la atleta olímpica Ainhoa Murua y ya lo he hecho este verano
Mi pronóstico para el Pauldarrak esta temporada es aspirar a lo máximo y disfrutar de un buen año.
Mi referente en el fútbol es Aritz Aduriz, como jugador y como persona.