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Sin Fronteras | Katu Arkonada, un asesor barakaldés en el Gobierno de Evo Morales

Katu Arkonada (izquierda) junto al vicepresidente de Bolivia, delante de un retrato de Evo Morales

por Adela Estévez Campos

Katu Arkonada (1978), barakaldés de la calle Murcia, estudiante de Arteagabeitia y Salesianos y diplomado en Políticas Públicas, recuerda su infancia de sanjuanadas y partidos de fútbol, pero también la fuerte tradición obrera de la anteiglesia y la politización de la sociedad vasca de su época de adolescencia que lo llevaron a afiliarse en la izquierda independentista a los 16 años. Un viaje a Cuba a los 19 años y una estancia en Venezuela a los 25 lo condujeron a una militancia internacionalista que hace que, sin abandonar su nacionalismo vasco, se encuentre en estos momentos trabajando en el proceso de cambio iniciado en Bolivia por el presidente Evo Morales. Ha sido asesor del Viceministerio de Planificación Estratégica boliviano y en la actualidad trabaja en la Cancillería (Ministerio de Relaciones Exteriores). Colabora con medios de comunicación como 'Gara', 'Le Monde Diplomatique' o 'Rebelión', además de escribir el blog ’Trinchera de Ideas’ en 'Naiz.info'.

Pregunta. ¿Qué recuerda de su infancia en Barakaldo?
Respuesta. Vivía en la calle Murcia, un lugar completamente diferente al actual, con los Altos Hornos de Vizcaya muy cerca y rodeado de campas donde nos pasábamos el día jugando. Primero fui al colegio público Arteagabeitia y después a los Salesianos. Atravesaba medio Barakaldo caminando para ir a clase. Recuerdo especialmente las sanjuanadas, recolectando madera y cosas para quemar durante semanas, y los partidos de futbol que jugábamos todos los sábados después de comer.

P. Ha estudiado en un colegio público y en uno religioso, ¿qué valoración hace de ambos sistemas habiéndolos conocido desde dentro?
R. Soy un firme defensor de una escuela pública y gratuita de calidad y, por supuesto, estoy absolutamente en contra de introducir cualquier religión en la enseñanza de una persona no adulta. En cualquier caso, si algo hay que agradecer a los salesianos es que formaron un ateo convencido, ateo militante diría yo.

P. ¿Hasta qué punto condicionó la anteiglesia su decisión sobre qué estudios realizar y sobre su destino laboral?
R. Estudié Ciencias Económicas en la universidad pública vasca creo que más motivado por mi familia que por otra cosa. Sin embargo, mi pasión desde muy joven ha sido la política, el hecho de vivir en una sociedad altamente politizada por el conflicto vasco hizo que desde los 16 años comenzara a militar en la izquierda independentista vasca.

P. ¿Hubo más factores que abonaran esa militancia?
R. Supongo que también influyó tener dos abuelos obreros, uno de ellos con carnet del Partido Comunista, y vivir en un lugar como Barakaldo de fuerte tradición obrera donde la lucha de clases sigue estando tan presente. Más adelante, viajar a Cuba con 19 años y después pasar varios meses en Venezuela con 25, me convirtió en el militante político internacionalista que soy hoy en día.

P. Escribe para varios periódicos. ¿Está más centrado en su faceta de asesor o en la de periodista?
R. No me considero periodista. El periodismo es una linda profesión, pero sin embargo el mundo de los medios de comunicación está al servicio de los grandes intereses económicos. Es por eso que trato de escribir únicamente en medios comprometidos con los sectores populares, que escriben, pero sobre todo miran el mundo desde abajo y desde la izquierda.

P. ¿A qué se debió que el primer viaje que realizase fuese precisamente a Cuba, un país socialista?
R. En 1997 ya militaba en Euskal Herria, pero en Cuba se celebraba, después de muchos años sin hacerlo, con la caída del muro de Berlín por medio, el Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes. Surgió la oportunidad de viajar y no me lo pensé dos veces. Euskal Herria tuvo una delegación oficial en el festival, aparte de la española, y para mí fue un privilegio ser parte de ella.

P. ¿Qué resaltaría de esa experiencia?
R. Cuba me abrió los ojos a que era posible construir una sociedad distinta al modelo capitalista imperante en las sociedades de consumo e individualistas de Europa occidental.

P. La segunda salida importante es Venezuela en 2003. ¿Qué supuso esa estancia en Caracas para usted?
R. Venezuela supuso principalmente ver y sobre todo aprender cómo se construye poder popular, cómo se transforman las condiciones de vida de los sectores populares, de las mayorías sociales, mediante políticas públicas, mediante formación política, transformando desde abajo también el Estado.

P. Y, por fin, Bolivia. ¿Cuánto tiempo lleva en ese país?
R. Llegué a Bolivia a mediados de 2009, tras haber vivido en Brasil haciendo la coordinación del Foro Social Mundial.

P. ¿Qué cambios ha apreciado desde que está en el poder Evo Morales?
R. No hay tiempo ni espacio para hacer un análisis en profundidad con cifras y cuadros, pero en términos socioeconómicos el país ha dado un gran salto adelante, básicamente producto de una redistribución de la riqueza en uno de los países más desiguales de América Latina. Si tomamos cualquier indicador económico de Naciones Unidas, reducción de la extrema pobreza, desigualdad (índice Gini), desempleo, aumento del salario mínimo, del salario medio, del ahorro bancario, entre otros muchos, podemos ver los grandes avances y transformaciones socioeconómicas producidas durante el Gobierno de Evo Morales y el Movimiento al Socialismo (MAS).

P. ¿Y además de los cambios socioeconómicos?
R. Incluso más importante que la revolución política que se ha dado es la revolución descolonizadora que se está llevando a cabo, una auténtica revolución cultural que está transformando los imaginarios colectivos construidos durante 500 años de colonización y 20 años de neoliberalismo.

P. ¿Qué funciones ha realizado en el Gobierno boliviano?
R. Ayudé a poner en marcha un viceministerio nuevo, el de Planificación Estratégica del Estado, creado por el compañero Evo después de su segunda victoria en las elecciones presidenciales de diciembre de 2009, viceministerio creado con el objetivo de desarrollar la nueva Constitución Política del Estado aprobada en referéndum popular en enero de 2009.

P. ¿Y una vez en funcionamiento?
R. También he sido asesor de la Unidad de Desarrollo Constitucional dependiente de la Vicepresidencia del Estado, que a su vez es la presidencia de la Asamblea Legislativa Plurinacional (Parlamento que agrupa las cámaras de diputados y diputadas, y senadores y senadoras) trabajando el diseño de políticas públicas y leyes que desarrollen la nueva Constitución.

P. ¿En qué trabaja en estos momentos?
R. Actualmente apoyo al ministro de Relaciones Exteriores en algunas coordinaciones internacionales. Recién acabo de regresar de Santiago de Chile donde he participado tanto de las cumbres oficiales de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC)-Unión Europea y CELAC como de la Cumbre de los Pueblos.

P. ¿Cuál era su misión como parte del equipo negociador de Bolivia en la Cumbre de La Tierra de Río de Janeiro en 2012?
R. Hay que tener en cuenta que el equipo negociador boliviano en los foros multilaterales como son los de Naciones Unidas es muy pequeño en comparación con los de la mayor parte de los países, por lo que a uno le toca hacer de todo, desde editar textos a hacer fotocopias. Aparte de todo eso, apoyo a René Orellana, jefe negociador y delegado presidencial, en la redacción de documentos, leyes y en el establecimiento de vínculos entre el Gobierno boliviano y los movimientos sociales y redes internacionales, aliados de Bolivia en muchas de estas negociaciones.

P. ¿Cómo llega un barakaldés a ocupar puestos de responsabilidad en un gobierno extranjero?
R. No hablaría de puesto de responsabilidad, que son para los bolivianos y las bolivianas. De hecho la nueva Constitución me impide ser funcionario o, como se designa en Bolivia, servidor público, algo con lo que estoy completamente de acuerdo. Más bien estoy aportando un granito de arena a un proceso de cambio que es de los movimientos sociales bolivianos.

P. ¿Y cómo ha llegado a estar en situación de poder colaborar con ese Gobierno?
R. En 2009 fui parte de la campaña electoral del Movimiento al Socialismo (MAS) para lograr la reelección de Evo Morales y desde entonces mi compromiso con este proceso me ha permitido gozar de la confianza de las autoridades. Mientras ésta se mantenga, seguiré colaborando con el proceso.

P. ¿El Estado Plurinacional de Bolivia tiene algo que ver estructuralmente y en cuanto a distribución de competencias con el Estado autonómico español?
R. Tenemos que tener en cuenta que el Estado español no es un Estado Plurinacional, sino un Estado-nación construido sobre la imposición y la negación de los derechos colectivos de otras nacionalidades, precisamente lo contrario de lo que sucede en Bolivia. Dicho esto, en Bolivia hay un modelo territorial autonómico que es parte de la construcción del Estado plurinacional, con cuatro niveles de autonomía (regional, departamental, municipal y autonomía indígena originaria campesina).

P. En sus artículos resulta patente que sigue al tanto de la vida política vasca. ¿Cómo valora los resultados de las últimas elecciones?
R. En el marco de una democracia liberal burguesa, las elecciones representativas son un marco de legitimidad importante. En ese sentido hay un partido vencedor, el PNV, y una coalición de izquierda, Euskal Herria Bildu, que se perfila como una alternativa de los sectores populares para enfrentar un modelo neoliberal que en América Latina ya se ha demostrado un fracaso.

P. ¿Qué cree que se puede esperar de esta legislatura?
R. Lo importante es que entre los dos suman dos tercios de un Parlamento que apuesta claramente por la defensa del derecho a decidir de la sociedad vasca. Creo que la hoja de ruta pasa por caminar hacia la soberanía económica como principal método de defensa de las clases populares de Euskal Herria y eso solo se puede hacer desde la plena soberanía política.

P. ¿Qué opina de los cambios que han ocurrido en Euskadi desde que se fue?
R. No he pasado tanto tiempo fuera. En cualquier caso, el principal cambio es la decisión de Euskadi Ta Askatasuna de terminar con el ciclo de lucha armada sostenido por más de 50 años. La situación sin embargo no ha variado demasiado. A pesar de este paso histórico, el conflicto político permanece.

P. ¿Cómo se ve desde Bolivia?
R. Desde fuera, a veces incluso pareciera más enquistado que nunca y el recorte de libertades y derechos sociales y económicos se agudiza. Por no hablar de que no se ha dado un sólo paso en la resolución de la situación de miles de hombres y mujeres presos y refugiados políticos vascos.

P. ¿A qué lado del Atlántico ve su futuro?
R. El futuro a corto-medio plazo lo veo en Bolivia. Las próximas elecciones presidenciales son en diciembre de 2014 y tenemos que lograr la reelección del presidente Evo Morales, así que tengo un compromiso para quedarme aquí el ciclo 2013-2014.

P. ¿Y después?
R. Si sigo en Bolivia, en 2015 estaría en condiciones de solicitar la nacionalidad boliviana, uno de mis sueños y algo que me llenaría de orgullo, lo cual no quiere decir que mi futuro esté aquí, sigo pensando que algún día voy a regresar a Euskal Herria.