publicidad

Sin fronteras | Nerea Vicente, una 'au pair' barakaldesa en Dublín


por Adela Estévez Campos

La profesora de Primaria Nerea Vicente (1986) es una de las muchas barakaldesas (los chicos en este campo son minoría) que cada año salen al extranjero, preferentemente a países europeos, a perfeccionar un idioma mientras trabajan como 'au pair'. Después de enterarse casualmente por un amigo de la oferta, se fue a Dublín a vivir lo que define como “la mejor experiencia" de su vida, que no dudará en repetir cuando se le presente la ocasión. Añoraba a su novio y, como la mayoría de los barakaldeses que dejan su tierra, a la familia, a los amigos y los pinchos y el poteo. Encontró una gran similitud entre los irlandeses y los vascos, aunque opina que la gente de allí es más educada y tiene más aguante para la bebida, de la que abusan mucho más.




Pregunta. ¿Por qué decide irse?
Respuesta. Ir a Dublín y vivir allí con una familia era un sueño que siempre había querido hacer realidad, algo que tenía dentro y no sabía cuándo iba a poder llevarlo a cabo. Al aproximarse el verano de 2011, aprovechando que de julio a septiembre no trabajo, decidí buscar ofertas de trabajo en algún país donde pudiese aprender y practicar inglés, así que eché un vistazo en diferentes agencias, busqué por Internet, hasta que de manera fortuita, un amigo —al que le estoy muy agradecida— me dijo que en su Facebook una conocida había puesto que si alguien estaba interesado —daba igual chico o chica— en ir de 'au pair' a Dublín se pusiese en contacto con ella. Así fue como terminé en Irlanda.

P. ¿Cuánto tiempo permaneció allí?
R. En principio fui allí en julio con intención de venirme en septiembre, pero estuve tan a gusto que decidí quedarme hasta diciembre.

P. ¿Qué trabajo realizaba?
R. Me ocupaba de dos niñas pequeñas, de seis y dos años. Este era el principal trabajo, cuidar de ellas, sobre todo de la mayor, que estaba de vacaciones. Jugaba con ellas, íbamos a la piscina, al centro de compras, al cine y también tenía una pequeña labor en la casa que consistía en echar una mano con las tareas domésticas, como recoger el lavavajillas y lo relacionado con la ropa: plancha y lavadora. A cambio, ellos me daban un sueldo a la semana, comida y cama. Después compaginé el trabajo de 'au pair' con el de camarera en una pizzería.

P. ¿Cómo fue la experiencia?
R. Sin lugar a dudas, ha sido la mejor que he tenido en mi vida.

P. ¿Se planteó en algún momento quedarse a vivir en Irlanda?
R. Sí, muchas veces. Me encantaba la idea de 'vivir en inglés', todo era nuevo, era como estar de vacaciones continuamente, estaba completamente feliz y además estaba aprendiendo un montón.

P. ¿Ha vivido en algún otro lugar del extranjero?
R. No. Pero no me importaría en absoluto si se diera la oportunidad

P. ¿Qué echaba de menos de Barakaldo?
R. Sinceramente, a mi chico, a la familia, a los amigos y salir a potear por la zona de Rontegi: los pinchos del Costa del sol y los deliciosos 'champis' de Los Hermanos. ¡Eso no lo encuentras en Irlanda!

P. ¿Qué le alegraba haber dejado atrás?
R. La rutina. Creo que, realmente necesitaba ese cambio.

P. ¿Qué le hubiera gustado haberse traído de las costumbres y de la forma de vida de allí?
R. Lo educada y amable que es la gente de allí, sobre todo en los comercios. Daba gusto ir a comprar y el ambiente de fiesta es genial, música en directo, gente amable con quien hablar, dispuesta ayudarte en todo.

P. ¿Qué fue lo que más le costó a la hora de adaptarse a la vida en Dublín?
R. Dormir sin persianas y el tiempo. Día sí y día también llueve, aunque eso en absoluto supuso un problema para mí.

P. ¿Qué similitudes encontró entre los vascos y los irlandeses?
R. También son abiertos, agradables y buena gente.

P. ¿Y qué diferencias?
R. Los irlandeses beben bastante más que nosotros y lo aguantan mucho mejor. Ja, ja. Y he de decir, que son más educados.

P. ¿Con quién se relacionaba?
R. Conocí a un montón de gente, en su mayoría españoles con los que hoy en día sigo manteniendo contacto y que fueron para mí como mi familia.

P. Irlanda ha sido uno de los países más golpeado por la crisis. ¿Cómo vivió la situación?
R. Sinceramente, apenas lo noté. Veo a España mucho más afectada ahora que a Irlanda cuando estuve allí. Encontrar trabajo no era difícil. Yo conseguí un trabajo en una pizzería cerca de la casa donde trabajaba y fue el único currículum que eché. Además, los sueldos son mucho mejores que aquí y la vida no es mucho más cara. Diría que la comida era incluso más barata.

P. ¿Notó algún tipo de resquemor contra los trabajadores extranjeros?
R. Para nadal Los irlandeses son muy hospitalarios.