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Barakaldo rinde homenaje a los que murieron por la II República y sufrieron la represión del franquismo

• Han asistido concejales del PSE, PNV, Bildu y Ezker Anitza-IU • Algunos asistentes portaban banderas de la República y del PCE • Durante toda la semana se puede ver en la tercera planta del CIS una exposición de carteles y periódicos de la Guerra Civil 
La tarde de este 22 de junio han vuelto a sonar las sirenas de alarma en el parque de Los Hermanos, igual que sonaron durante la Guerra Civil cuando los aviones del bando fascista arrojaba sus bombas sobre la anteiglesia. A diferencia de lo que ocurría hace 75 años, esta vez sólo era el sonido que ha dado inicio al acto de homenaje a todos aquellos barakaldeses que murieron defendiendo la II República y a los que sufrieron tras la contienda la represión de la dictadura franquista. Un acto organizado por la Coordinadora para la Memoria Histórica de Barakaldo que ha contado con el testimonio de María Gago, quien, a sus 99 años, ha recordado aquellos años en los que las bombas caían sobre la población civil, aquellos años en los que trabajó como enfermera en varios hospitales donde atendió a heridos de ambos bandos, heridos por las bombas y las balas. Al final de su discurso, y antes de recibir una placa de homenaje, se hizo en alto una pregunta sin respuesta: “¿Tanto dolor para qué?”


Sonó la alarma y su sonido fue ahogado por la txalaparta. Así ha dado inicio el primer homenaje que Barakaldo ha rendido a los que murieron en aquella guerra fraticida defendiendo la legalidad vigente. Aquellos, que como recordaron desde la Coordinadora para la Memoria Histórica de Barakaldo, se fueron al frente con una novela del oeste y las llaves del portal de su casa pensando que iban a regresar pronto a sus hogares. Muchos nunca regresaron.

El de este viernes, como han explicado los organizadores a las personas que se han congregado en la plaza —muchos con banderas de la República o del PCE—, ha querido ser un acto de justicia a todos aquellos que lucharon por mantener la libertad, por la legalidad, por una sociedad más justa y a los que murieron, en el frente o en los bombardeos sobre Barakaldo. Fueron más de 500 los barakaldeses que murieron, aunque es difícil poder saber con exactitud la cifra de fallecidos.

En el acto ha habido momentos para la música, para escuchar, puño en alto, ‘La Internacional’ o el ‘Eusko guadariak’, para los ‘bertsolaris’, para las danzas con los ‘dantzaris’ del Ibarra Kaldu y para recordar cómo, cuando sonaba la sirena de alarma, todos corrían al refugio más cercano, algunos precarios, otros bien preparados como los que había en la cantera del camino a Trapagaran, el de Rontegi, el del caserío de los Zugasti. Lugares donde los habitantes de aquel Barakaldo fabril trataba de ponerse a salvo de las bombas fascistas mientras la fábricas que había en la Margen Izquierda estaban a salvo de los bombardeos.

El homenaje ha coincidido con los 75 años de la caída de Barakaldo en manos del bando fascista y los organizadores del acto han querido dejar claro que con este acto de recuerdo a quienes defendieron la legalidad no pretenden “ni juzgar ni reinventar la historia”. El de este 22 de junio ha sido un “homenaje para todo el pueblo”.

Y para que nadie olvide a aquellos que murieron, el Ayuntamiento ha colocado una placa en el mismo lugar en el que a finales de abril de 1937 cayó una bomba que acabó con la vida de una niña de 13 años. Testigo de ese bombardeo fue María Gago. En la placa desde ahora se puede leer el siguiente texto: “En homenaje a todas las personas de Barakaldo que dieron su vida defendiendo la II República y a quienes posteriormente sufrieron las consecuencias de la dictadura franquista, en su lucha por la libertad”.

Tras inaugurar la placa, se han recitado poesías de Juan Vega, un baracaldés de 90 años que compuso en los años sesenta unos versos recordando aquellos días y que ha hecho llegar a la Coordinadora para la Memoria Histórica de Barakaldo. Después el rap ha mezclado los ritmos del siglo XXI con los hechos del siglo XX, los ritmos urbanos con los recuerdos de una guerra que dejó medio millar de muertos en Barakaldo.