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El Ayuntamiento reducirá las ayudas a los centros regionales, que han recibido 506.000 euros en 6 años

El Ayuntamiento ha destinado desde el año 2006 un total de 506.260 euros a la renovación de las trece centros regionales presentes en Barakaldo y ha anunciado que destinará una cantidad menor para los centros regionales a la que ha destinado estos últimos años —75.000 euros en 2011— porque "las grandes reformas ya se han ejecutado, de ahí que a corto plazo prevemos que las peticiones de ayudas sean menos cuantiosas y se limiten al mantenimiento de las sedes y la compra puntual de más mobiliario", según la concejal de Disciplina Urbanística, Ana Belén Quijada. La edil socialista ha señalado que ya no es necesario reservar una partida económica tan importante en el presupuesto municipal y “bastará con una cantidad menor”, pero ha garantizado que no se va a dejar "en la estacada" a los centros regionales y que el Ayuntamiento seguirá aportando fondos para el mantenimiento de sus sedes.

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> 3/2/2012. Una docena de centros regionales se reparten más de 75.000 euros de subvenciones municipales


Una línea municipal de subvenciones moderniza en seis años las sedes de los trece centros regionales en Barakaldo

Las entidades, muy arraigadas en la ciudad, se han repartido medio millón de euros desde la puesta en marcha de la iniciativa en 2006

Barakaldo, 6-2-2012
El Ayuntamiento de Barakaldo ha apoyado siempre la labor de las casas y centros regionales, ayudándoles a organizar actividades y, desde 2006, poniendo también a su disposición fondos para renovar sus sedes. Porque, sin un lugar digno donde reunirse y llevar a cabo sus iniciativas, es imposible poder subsistir en el futuro y dejar viva en la ciudad la llama de su tierra.
La institución local ha hecho hoy un balance satisfactorio de estas líneas de subvenciones. Según ha informado hoy la concejala de Disciplina Urbanística, Medio Ambiente, Sanidad y Consumo, en los últimos seis años se han destinado 506.260 euros a la renovación de las trece sedes de casas y centros regionales presentes en Barakaldo. Las ayudas más recientes fueron aprobadas hace apenas tres semanas. Se trata de las subvenciones correspondientes al ejercicio de 2011 y ascendieron a 75.334,29 euros.
En años precedentes las cuantías han oscilado entre los 74.000 y 90.000 euros. En concreto, en 2006 se empezó a conceder estas ayudas con un importe de 90.000 euros. Al año siguiente la subvención fue de 86.026 euros y en 2008 volvió a subir hasta los 90.000 euros, cifra que se conservó en 2009. Ya en 2010
y en vista de que no era necesaria una cuantía tan elevada, se redujo ligeramente la partida económica hasta los 74.899 euros y el año pasado se mantuvo prácticamente igual.
UN ESFUERZO IMPORTANTE
El programa de ayudas está coordinado por el área de Disciplina Urbanística y, desde su implantación, ha sido muy bien acogida por las asociaciones dedicadas a promover las costumbres, cultura y folklore de su región de origen. “Basta con darse una vuelta por cómo están actualmente los locales de los centros regionales para darse cuenta del esfuerzo realizado para mejorar, reformar y adaptar sus instalaciones a las necesidades actuales. Muebles y maquinaria nuevos, locales restaurados o ampliados… La lista de actuaciones realizadas en estos seis años es muy extensa”, ha explicado Quijada.
El Ayuntamiento cree que el esfuerzo económico realizado hasta la fecha ha merecido la pena. No tanto por lo mejor o peor que han quedado las obras, sino por lo que suponen esas reformas. Y es que si los coros, grupos de danzas, música, juegos, conferencias y demás iniciativas de estas asociaciones aún siguen activos, se debe en gran medida porque tienen unas instalaciones idóneas en las que realizarlas.
“Han sido seis años de actuaciones y se puede decir que, a estas alturas, las grandes reformas ya se han ejecutado, de ahí que a corto plazo prevemos que las peticiones de ayudas sean menos cuantiosas y se limiten al mantenimiento de las sedes y la compra puntual de más mobiliario”, ha revelado la edil.
De hecho, ya no es necesario reservar una partida económica tan importante en el presupuesto municipal. “Bastará con una cantidad menor”, ha anunciado Ana Belén Quijada, quien ha garantizado que no se va a dejar en la estacada a los centros regionales y en los próximos años el Ayuntamiento va a seguir arrimando el hombro con ellos aportando fondos para el mantenimiento de sus sedes.
Trece son las casas y centros regionales que tienen alguna sede en Barakaldo: el Centro Andaluz, el Centro Gallego, la Asociación Andaluza y Cultural Hijos de Jaén, la Casa Palentina, el Centro Zamorano, el Centro Salmantino, la Asociación Andaluza Hijos de Almáchar, el Centro Manchego, el Círculo Burgalés, el Centro Extremeño, el Hogar Navarro, el Círculo Vallisoletano y la Casa Cántabra.
HISTORIA VIVA DE LA CIUDAD
La concejala ha recordado que la historia de estos centros guarda estrecha relación con el pasado de la ciudad. A finales del siglo XIX y comienzos y mediados del XX miles de personas llegaron a Barakaldo procedentes de diferentes puntos de la península, al calor del enorme crecimiento industrial y económico que vivía la ciudad. Lo hicieron para trabajar y decidieron quedarse.
Ha pasado mucho tiempo y las fábricas de entonces han dejado paso a una urbe moderna de servicios, negocios, ocio e innovación, pero la historia del municipio no se puede entender sin aquel ‘boom’ demográfico. Un fenómeno que convirtió Barakaldo en la localidad no capital de provincia más poblada del país, y a la vez en un ejemplo de convivencia entre diferentes culturas y costumbres.
La integración de estas personas fue ejemplar, pese a lo cual la mayoría de ellos no se ha olvidado de sus raíces. Muestra de ello son los numerosos centros y casas regionales que han visto la luz en nuestra ciudad en las últimas décadas. Desde el andaluz al burgalés, pasando por el navarro, el gallego o el vallisoletano. Todos aglutinan a miles de socios baracaldeses, que o bien son personas originarias de estos lugares o son descendientes directos.
Ana Belén Quijada ha aprovechado para expresar su grattitud alas personas que hacen posible que estos centros sigan hoy vivos. Su labor desinteresada se merece, cuando menos, un reconocimiento, pero no hay que olvidar que algunas personas ya tienen una edad avanzada y necesitan que las nuevas generaciones
tomen el relevo en la dirección de los centros.